Discurso de Unamuno

VENCEREIS,PERO NO CONVENCEREIS,


VENCEREIS,PORQUE TENEIS SOBRADA FUERZA BRUTA


PERO NO CONVENCEREIS


PORQUE CONVENCER, SIGNIFICA PERSUADIR


Y PARA PERSUADIR, NECESITAIS ALGO QUE OS FALTA ,


¡RAZÓN Y DERECHO EN LA LUCHA!







lunes, 14 de marzo de 2011

A CIEN AÑOS LUZ

Dos rostros se agolpan en una habitación ensombrecida. Nieta y  abuela se ensalzan en una discusión. Les distancia el abismo de 50 años. El primero, portador de surcos que han labrado los años, el segundo, con aliento a calimocho de la juerga anterior. Lo único que se percibe son gritos. Censura y frescura debaten sin dar su brazo a torcer.
 La nieta se encarga de lanzar la primera de una cadena sucesoria de frases:
 -¿No puedes aceptar, que la prima Marina haya tenido un hijo sin casarse con su novio abuela? El rostro cansado responde:
- En mis tiempos, si consumábamos antes del matrimonio recibíamos el desprecio de nuestros padres y la marginación de la sociedad. No había opción.
-Venga ya abuela, los tiempos han cambiado, lo importante es que se quieren y a consecuencia de ello ha nacido ese niño.
 La tensión se palpa en el ambiente, parece que la joven no sea  dueña de sus propias palabras, no utiliza ese lenguaje normalmente, pero a aquella abuela, como decía ella, había que explicarle todo de la más sutil de las maneras, de la forma más delicada, pura, y  casta de las técnicas de antaño. La abuela, la bendita abuela que caminaba sobre huellas de luto. La abuela, cuyo único peinado consistía en un moño. Aquella abuela que por las noches todavía  escuchaba gritos de guerra.
-Eso antes de casarse no debe hacerse, y punto en boca.
-Por favor abuela, vives anclada en el pasado.
-Ya, ya, mira. Yo, la primera vez que le di un beso a tu abuelo fue después de un año de noviazgo. Tu bisabuelo solía espiarnos desde el ventanal, y cuando alzaba la  vista y nuestras miradas se cruzaban, él levantaba la vara. Solo yo sabía el significado de ese gesto: Que corra el aire hija, que corra el aire, y si hay exceso de toqueteo, ya le meto yo en vereda.
- Pero abuela, ¿Quieres hacer el favor de escucharme? lo importante es que tu nieta es feliz, y por fin ha conseguido lo que más deseaba. ¿No puedes tratar de comprenderlo? Si de verdad la quieres, deberías aceptarlo.
-  ¿Aceptarlo? Encima, ¡con ese novio mulato que se ha echado! pero ese ¿de dónde ha salido?
-Abuela, ¡que es cubano no mulato! Se llama Dinio, y no deberías hablar así de él.
-Los cubanos son puro vicio. A tu tía abuela Luisa le intentó echar  mano un mulato que había venido nuevo al pueblo, menos mal que al ver venir a tu bisabuelo por el camino de las cabras  y con vara en mano se ahuyento, y nunca más supimos de él. Aunque era buen mozo, pecaba de demasiado ansioso.
-Abuela, soy consciente de que nos ha tocado vivir en épocas muy distintas. Pero el tiempo pasa y las mentes deben renovarse.
-¿Renovarme? ¿Renovarme para qué? ¿Para aceptar como  niñas de catorce años pierden la virginidad? ¿Para salir por la noche con el único propósito de atiborrarse a calimocho? El más grande de vuestros errores es que corréis demasiado, y os estáis perdiendo momentos hermosos e irrecuperables en ese afán de correr.
El rostro cansado se desliza, portador de pasos sordos hacía su habitación. Los años le piden recostarse, al mismo tiempo que dedica su última frase:
-Lo siento, pero no puedo comprenderlo. Va en contra de mis principios.
El abismo que separa estas dos mentalidades se desvanece. Dos mujeres para dos épocas muy distintas, dos mujeres  consecuencia del tiempo. Dos generaciones marcadas por un régimen, marcadas por el hambre de una guerra  y el libertinaje que proporciona unos pies que han nacido corriendo.

1 comentario:

  1. "Aquella abuela que por las noches todavía escuchaba gritos de guerra."
    La memoria y su arte de sacar lágrimas de alegría y de desgarro, sin importar edad, sexo, color, espíritu.
    Buenísimo Nere!!!!

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