Discurso de Unamuno

VENCEREIS,PERO NO CONVENCEREIS,


VENCEREIS,PORQUE TENEIS SOBRADA FUERZA BRUTA


PERO NO CONVENCEREIS


PORQUE CONVENCER, SIGNIFICA PERSUADIR


Y PARA PERSUADIR, NECESITAIS ALGO QUE OS FALTA ,


¡RAZÓN Y DERECHO EN LA LUCHA!







viernes, 4 de marzo de 2011

MAS ALLÁ DE LOS TÓPICOS

                 
¿A qué huele el amor? ¿El amor se puede oler? ¿Se puede palpar? ¿Se puede guardar en una cajita de cristal? ¿Cuál es la fórmula mágica del amor? Estos fueron solo algunos de los aperitivos por los que apostó la compañía teatral pamplonesa: Caminando  el pasado martes 8 de febrero, en su local de la calle Calderería, situado en el casco viejo de la capital navarra, ante un público variado.
Una pareja de adolescentes desvía su atención hacia él escenario, entre risueñas risotadas.Mientras, sus ojos se entrecruzan con la mirada de tres rostros masculinos y uno femenino, pero todos reparan en el mismo detalle: las naranjas que portan en sus bocas. Parece que de naranjas va a tratar la cuestión.
Los mismos rostros se disponen a caminar, caminan hacia un horizonte repleto de guirnaldas de colores, caminan dispuestos a besar cualquier sendero que porte aroma de amor, se desviven en concebir su vida entre cuentos de princesas y cuentos de la abuela. Las arrugas comienzan a delatarles, el brillo de la juventud continúa desvaneciendo,pero su  mirada se concentra perdida en el mismo horizonte, en la búsqueda de la media naranja, la misma que se han encargado de vender una y otra vez las telenovelas, la  más conmemorable de las historias, incluso el aliento de tantas y tantas madres tras una noche de lágrimas. Naranjas y mas naranjas que están dispuestos a degustar, una y otra vez, una y otra vez, hasta conseguir hallar la que menos amargue, esa que al saborearla sea capaz de conducirles por el sendero de las estrellas, directos hasta el cielo, la misma cuyo jugo están dispuestos a exprimir de por vida. Y todo no es sino una sucesión de acontecimientos encadenados, una y otra vez, una y otra vez, se produce un breve parón, la mirada de los adolescentes se trasforma en asombro, se produce el momento de máxima expectación. Al mismo tiempo, la misma mujer continúa relatando, el dolor se refleja en su rostro; la naranja viene de la mano del merecido trofeo que con tanto fervor han esperado, esa, la mejor de las sorpresas, la recompensa de las princesas, el amor. Y si, corazones adoctrinados en el país en el que las medias naranjas  deben ser portadoras de amor, portadoras de la guirnalda de sensaciones que consiguió despertar a esa persona que palpitaba anestesiada, y comienzan a batallear, comienzan, comienzan a soñar, y qué más da,  da exactamente igual cruzar el umbral del rellano con la cara lavada, ojeras de elefante,  y sin la raya pintada, porque el rellano les seguirá devolviendo la misma mirada, la misma capaz de sucumbir ante la vida.
Y si, este es solo una parte del equipaje que las medias naranjas  se encargan de portar entre sus manos, llenas, cargados de mercancía, repletas de sucesos inexplicables que hacen que la más dulce de las naranjas se convierta en el más pórfido de los venenos, y una vez más, acontece como una sucesión de acontecimientos encadenados, que oprimen, que desgarran,  que  anulan, haciendo que lo único capaz de deslizarse por el rostro de los actores sean lágrimas, con la eterna sombra del miedo pegado en sus nucas y una vez más, la sociedad amortigua los gritos, es capaz de sentir el miedo, todos señalan, pero nadie da el paso y ellas, siempre ellas, tan vulnerables, oprimidas, entre golpes, escondiendo miradas bajo gafas de sol en pleno invierno. Un público exhausto aplaude ante la intensa representación del  maltrato. ¿Naranjas y más naranjas a costa de la palabra dignidad? ¿Acosta de la palabra respeto? ¿Naranjas que después de degustar furtivamente lanzan al campo más cercano, sin importar siquiera si el golpe ha dañado?
 El fin del camino se acerca, el público contienen la respiración al mismo tiempo que el varón más joven se dispone a recitar la frase telonera que pondrá punto y final a la obra: en el amor, los únicos golpes a escuchar deben ser los latidos del corazón.
Cuestionar los estereotipos y cambiar  el sin ti no soy nada por el sin ti yo soy, el amor es ciego por el amor no es ciego, es amor, fue el objetivo de esta  compañía teatral con una original puesta en escena y un claro mensaje: la defensa de un amor que nos haga ser nosotros no a costa de nosotros.

2 comentarios:

  1. Gracias por crear, por expresarte y por compartirlo. 1 Abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias por crear, por expresarte y compartir... 1 abrazo

    Alberto (lavidaenbolas)

    ResponderEliminar